Alcalá de la Selva

Es un pueblo que, cuándo lo empiezas a divisar desde la carretera, al tomar la curva desde Virgen de la Vega, te parece estár viendo una postal.
Ubicado en la falda de una montaña, está distribuido en callejuelas estrechas y empinadas con casas con la fachada enfoscada y tejas rojizas, es además fácil verlo tapizado de nieve, ya que casi está a 1500 metros de altitud.
Tiene un interesante edificio del ayuntamiento del siglo XVIII, y la Iglesia parroquial de San Simón y San Judas del siglo XVI. Arriba, divisando el paisaje, también está el castillo medieval construido sobre los restos

En Alcalá de la Selva (Teruel), el tiempo parece haberse detenido entre las luces, sombras y hermosos paisajes que la rodean. La tranquilidad y el silencio invaden todo el valle.
La villa está encaramada entre las montañas. Su origen se remonta a los árabes que la llamaban Al-Qalá, que significaba: castillo-fortaleza. Después de ser conquistada por Alfonso II fue cedida a la abadía de la Gran Selva.
Sobresaliendo del conjunto del pueblo se halla el castillo construido sobre una fortaleza musulmana en el año 1373. Desde él se pueden obtener increíbles vistas de toda la naturaleza que le rodea. El castillo está reconstruido y cerrado. Hay que ponerse en contacto con la Oficina de Turismo (978 801 226) para concretar día y hora para poder visitarlo. A su lado se encuentra la iglesia del siglo XVI.

La nieve, ese manto blanco que cae silencioso y que todo tiñe de blanco, tiene ruidos maravillosos que disfrutar, si te dejas llevar por sus claroscuros y encantadoras luces.