Albarracín

Ibn-Racin era el nombre de la tribu berberisca que con la invasión musulmana se estableció aquí. Andando el tiempo fue poblado romano. La villa se llamó Santa María de Oriente cuando fue cristiana... Así comienza la vieja historia de Albarracín, una historia donde el protegerse y el defenderse ha sido la premisa. Hoy, al caminar por sus calles estrechas y respirar su placidez cuesta pensar que su ubicación no haya sido imaginada para el deleite sino para guarecerse del peligro.

El delicioso casco antiguo de Albarracín es sólo para peatones y está muy alto. Si subes en la tarde, verás que los pasadizos bajo los arcos, las escalinatas, los portales de las mansiones señoriales, parecen habitados por misteriosas sombras. Albarracín destila un aire aristocrático, lo ves en sus puertas tachonadas, en los llamadores de hierro, en sus balcones corridos de madera tallada, en su espectacular herrería. En alguna callecita estrecha que baja tortuosa, hay pequeñas plazoletas que se abren sobre el abismo desde donde casas de arquitectura más popular parecen colgar. El panorama es bellísimo. Para la construcción de los edificios de Albarracín se ha usado desde siempre el yeso más que la piedra, y el color de sus muros tiene el exacto color de los barrancos sobre la que está asentada.

Uno llega a Albarracín con la lección aprendida. Catalogado como uno de los pueblos más bellos de nuestro país, siempre has oído a alguien decir que no puedes pasar sin ir a visitarlo, que si esto, que si aquello...

Pero por mucho que escuches, por mucho que digan o que leas, el impacto que causa este maravilloso rincón turolense es inenarrable.

Se puede llegar a Albarracín por una misma carretera, pero con dos visiones totalmente distintas. Una, cuando llegas desde Teruel, por la A512, y tras una curva, te encuentras de golpe en la llamada parte Baja. Entonces, Albarracín te regala de golpe la soberbia imagen de una ciudad, de infinitos matices del naranja y el rosa, encastrada en la roca, y ya no puedes dejar de mirarla.

Albarracin,un pueblo,medieval,situado en la sierra como su nombre indica,a 30 km,de teruel y a unos 200,de valencia. Que se ouede decir de un enclave así,sus calles de piedra,sus casas,del medievo,arriba y abajo,con su castillo en lo alto de una colina,donde se divisa toda la sierra,con,su,monasterio de capuchinos precioso,y con un afulente del turia,formando un paisaje,con unos contrastes visuales,dificiles de encontrar,es lo mas bonito que he visto en españa,su gastronomía es,¡¡¡hummmm,tiene batante donde elegir,sus tiendas,te transportan a tiempos,insolitos del medievo,es fantástico,solo necesitas