Zai Aragon
Las mejores hamburguesas de la zona.
Cuando entras por la puerta del Alamo Springs Cafe, lo primero que piensas es “esta es la América de las películas”. Pero es real, no es un decorado, ni es un bar temático.
La parte delantera es tipo dinner, con unas 5 mesas y una barra. Yo fui por la noche y la iluminación consistía en una bombilla en el techo, y varios letreros de neón de marcas de cervezas, en los que el rojo era el color predominante. Tanto paredes como techo son de madera, y tras la barra se puede ver la cocina.
Al otro lado de la barra -y de la cocina- hay otra sala. Ésta es más grande y es el comedor principal. Está más iluminada que la otra, y de sus paredes cuelgan todo tipo de cosas: fotos antiguas, mapas de Texas y hasta una tabla de surf.
También se puede comer en el exterior, tanto en la parte delantera como en la trasera.
Todo el local tiene un aire retro-auténtico que lo hace irresistible.
Al principio funcionaba exclusivamente como tienda para los vecinos de la zona -el pueblo más cercano está a 20 minutos-, y posteriormente evolucionó a café/restaurante. Pero tranquilos, los vecinos todavía compran ahí sus provisiones.
Está situado al lado del Old Tunnel State Park, y la gente que lo visita suele ir allí a cenar. A pesar de ello, no me pareció un sitio turístico sino más bien todo un descubrimiento. Yo fui entre semana y había muy poca gente, un ambiente totalmente relajado.
Si no vas a visitar el parque, pero estás en Fredericksburg te recomiendo que te acerques, te sorprenderá. Incluso si no estás alojado por la zona, pero pasas por Comfort cuando vayas por la I10, acércate a comer aquí, el desvío merece totalmente la pena.
Lo mejor de la carta, sin duda, son las hamburguesas. Las raciones son inmensas, las patatas cortadas a mano. No se puede salir de ahí con hambre.
Yo probé la hamburguesa de queso azul, con cebolla asada y jalapeños, y el sandwich de pollo y queso suizo. Se me hace la boca agua al recordarlo...
Por último, el trato es maravillosamente familiar, yo me sentí como si fuera una de las habituales del local. Las bebidas las sacas tú misma de la nevera, y la camarera incluso se sentó un rato a hablar con nosotros.
Yo lo tengo claro, siempre que pueda me pasaré por allí a comer una hamburguesa.
Todo el local tiene un aire retro-auténtico que lo hace irresistible.
Al principio funcionaba exclusivamente como tienda para los vecinos de la zona -el pueblo más cercano está a 20 minutos-, y posteriormente evolucionó a café/restaurante. Pero tranquilos, los vecinos todavía compran ahí sus provisiones.
Está situado al lado del Old Tunnel State Park, y la gente que lo visita suele ir allí a cenar. A pesar de ello, no me pareció un sitio turístico sino más bien todo un descubrimiento. Yo fui entre semana y había muy poca gente, un ambiente totalmente relajado.
Si no vas a visitar el parque, pero estás en Fredericksburg te recomiendo que te acerques, te sorprenderá. Incluso si no estás alojado por la zona, pero pasas por Comfort cuando vayas por la I10, acércate a comer aquí, el desvío merece totalmente la pena.
Lo mejor de la carta, sin duda, son las hamburguesas. Las raciones son inmensas, las patatas cortadas a mano. No se puede salir de ahí con hambre.
Yo probé la hamburguesa de queso azul, con cebolla asada y jalapeños, y el sandwich de pollo y queso suizo. Se me hace la boca agua al recordarlo...
Por último, el trato es maravillosamente familiar, yo me sentí como si fuera una de las habituales del local. Las bebidas las sacas tú misma de la nevera, y la camarera incluso se sentó un rato a hablar con nosotros.
Yo lo tengo claro, siempre que pueda me pasaré por allí a comer una hamburguesa.
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