Detalles arquitectónicos de Aix-en-Provence
Para una persona curiosa como yo, visitar Aix-en-Provence es una gozada. La que fue capital de la Provenza es hoy una ciudad con mucho encanto y volcada en su universidad y en los festivales que se desarrollan a lo largo del año y que tanto turismo atraen.
El casco antiguo se sitúa muy cerca de la calle más famosa de la ciudad: el Corso Mirabeau y es un auténtico gusto pasear por él fijándose en los pequeños detalles añadidos a los más dispares edificios o construcciones, ya que todos ellos tiene un significado relacionado con la historia de la localidad.
En el propio Corso nos encontramos los magníficos atlantes del Tribunal de Commerce que se repetirán más tarde en otros edificios y con otras posiciones: así en Pavillon de Vendôme.
Si seguimos mirando para arriba y no al suelo, como hago yo con gran peligro de caídas y tortícolis varias, podremos darnos cuenta de que las calles están nombradas en dos idiomas: el francés y el provenzal, tan parecido al italiano y al catalán. Las dos placas se sitúan una junto a la otra en las esquinas de las calles.
También en muchas esquinas nos podemos encontrar las figuras de santos o Vírgenes cuya advocación encuentra explicación en alguna placa o en la misma historia de la ciudad.
Por tanto, si vais a la bonita ciudad, no dejéis de mirar para arriba, las sorpresas que os podréis encontrar en los edificios del centro de la ciudad serán muchas y curiosas.


