El lejano Oeste
Continuando nuestra ruta circular y con una siempre cambiante meteorología, aparece ante nosotros la península de Curraun y el punto que quizá sea más destacado, la isla de Achill.
Achill está unida al continente por un puente en Achill Sound, un pequeño fiordo que la delimita por un lado, ya que unos gigantescos acantilados que pasan por ser los más altos y espectaculares de Europa la cierran por el resto de sus límites.
La isla está salpicada de pequeños pueblos y playas adornadas por la bandera azul europea, ya que sus calas están protegidas por arrecifes que las hacen aptas para el baño y nada peligrosas ( si es que alguien se atreve a meter un dedo del pie siquiera en las gélidas aguas del océano Atlántico Norte.