Acampada en Monteperdido, Camping Municipal

Despierto hoy por la mañana y preparo el cafelito, aún no son los 9 y aunque sea raro en mi, ya no tengo sueño (creo, que haber eliminado la obligatoriedad del “madrugue”, hace que el día tenga muchas más cosas por ofrecerme y se coma la pereza que normalmente me habría poseído a estas horas). Salgo a desayunar fuera y lo único que oigo son los cantos de multitud de pajarillos que ocupan el ramaje que nos rodea; solo los pájaros y el río que baja fuerte aquí cerca escucho.
De fondo, como un cuadro perfectamente pintado, el macizo de Monteperdido, con enormes lenguas escupiendo agua desbocada montaña abajo (aún puedo ver pedazos de nieve despistada que remolonea antes de desaparecer).