La abadía de las 1.000 columnas
Para que te hagas una idea de lo que te espera en este lugar, te diré que la abadí de St.-Savin está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y es que este templo conserva en su interior una cantidad de frescos de valor inestimable.
El descubrimiento de este ciclo de pinturas bíblicas, realizado en torno al año 1100, es impactante. Hay que valorar la proeza que supuso que en aquella época se pintaran estas obras sobre la superficie de una bóveda a 16 metros de altura. Entre los pilares, un total 31 pinturas pueden verse en las murallas de esta abadía.
Su entramado arquitectónico, con detalles en todos lados le confieren un carácter muy especial. Apreciar la calidad y el esfuerzo de estas pinturas es algo que todo el mundo debe hacer.
Una vez que entras a la iglesia, la magia del lugar te embriaga. La importancia de sus dimensiones y de su volumen es grandiosa. En efecto, el cuerpo de la iglesia es extraordinario: su cúpula, la nave central y sus laterales de bóvedas son impresionantes. La impresión de la levedad se ve acentuada por la finura de las columnas redondas y por la luz que baña generosamente la iglesia. La abadía de las 1.000 columnas la llaman. Cabe destacar la impresionante silueta de la aguja de piedra del estilo gótico que corona la fachada del campanario...
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