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Las pagodas más bonitas de Japón
Las pagodas más bonitas de Japón

Las pagodas más bonitas de Japón

Miguel Ángel Rumayor
Miguel Ángel Rumayor

La arquitectura de las pagodas en la cultura japonesa

La arquitectura de las pagodas en la cultura japonesa refleja la fusión de lo espiritual y lo estético. Estas estructuras, que suelen tener varias historias, simbolizan el universo y la conexión entre la tierra y el cielo. Su diseño, que incluye pilares de madera y techos curvados, busca resistir terremotos y está influenciado por la arquitectura budista y nativa. Las pagodas no solo son lugares de culto, sino también expresiones artísticas que embellecen el paisaje y representan la perseverancia de la cultura japonesa.


Chureito Pagoda, por Mireia Serra
Chureito Pagoda, por Mireia Serra
Kinkaku-ji, por José Miguel Rey
Kinkaku-ji, por José Miguel Rey
Santuario Itsukushima, por Ramón San Juan Bilbao
Santuario Itsukushima, por Ramón San Juan Bilbao
Kōfuku-ji, por David Esteban
Kōfuku-ji, por David Esteban
Asakusa, por Jaime Gil
Asakusa, por Jaime Gil
Takahata Fudoson, por Jesssss5
Takahata Fudoson, por Jesssss5
Byōdō-in, por David Esteban
Byōdō-in, por David Esteban
Templo Honmonji, por Oskar Díaz Toscano
Templo Honmonji, por Oskar Díaz Toscano
Templo de Toshogu, por David Esteban
Templo de Toshogu, por David Esteban
Templo Naritasan, por Carlos Olmo
Templo Naritasan, por Carlos Olmo
Yakushi-ji, por David Esteban
Yakushi-ji, por David Esteban
Pagoda Kan'eiji, por María Alba
Pagoda Kan'eiji, por María Alba
Miyazima, por Tilion M
Miyazima, por Tilion M
Ninna-ji, por David Esteban
Ninna-ji, por David Esteban
Templo de Hōryū-ji, por David Esteban
Templo de Hōryū-ji, por David Esteban
Sarusawa ike, por Chloé Balaresque
Sarusawa ike, por Chloé Balaresque

La fascinación por las pagodas de Japón trasciende el mero aprecio arquitectónico; son custodias de un patrimonio cultural profundo y espiritual. Cada estructura, desde Chureito hasta Kinkaku-ji, narra historias que conectan lo sagrado con lo cotidiano. Estos monumentos no solo embellecen paisajes, sino que también invitan a la reflexión y al asombro, reafirmando la riqueza de la tradición japonesa.